En plena fase de experimentación de nuestros looks y de darnos rienda suelta a la imaginación para probar nuevas tendencias. Y darle, por fin, esa segunda oportunidad a nuestro armario. La cuarentena pone el foco de su atención en la tendencia que vuelve para reinar: el Athleisure, versión mejorada.
El Athleisure vuelve para ser el sueño americano
de la comodidad durante el confinamiento.
Desde la comodidad de nuestros aposentos, con tiempo más que suficiente para ordenar nuestro armario. O para invertir nuestro tiempo en disfrazarnos con mil y una combinación y hacer nuestra propia Fashion Week.
Además, estar activos en los perfiles sociales 24/7, subir alguna story con un lookazo ochentero. Y de paso, grabar algún TikTok con el @ohnanachallenge o el baile de Hailey y Justin Bieber de Savage (y sí, lo sabemos, no es tan fácil como parece). Todo tiene un denominador común – y no, no es el don del baile y la sincronización precisamente – el chándal sigue siendo el sueño americano de nuestra comodidad.
Athleisure viene de la combinación de athletic (atlético) y leisure (ocio), se remonta a 2015. Cuando las calles de Nueva York y el precioso sol de Los Ángeles daban rienda suelta a esta tendencia que se consagraba como el streestyle de las celebrities.

Desde la versión más deportiva que vestían las modelos al salir del gimnasio o la versión más yogui, entre ellas Kaia Gerber o Gigi Hadid. La clave está en conjuntar los leggins al estilo ciclista, con tops y sneakers. Y para una versión más cool, complementarlo con un bolso de una gran firma de moda, desde Valentino, Louis Vuitton o Chanel.

Además, la fiebre del Athleisure tiene su versión en clave lujo, la cual la propiciaron Kendall Jenner y Kim Kardashian. Marcaron el mayor precedente elevándolo a la versión más lujosa, dónde joyas y tacones, eran los accesorios perfectos para ir con chándal.
No solo el lujo vive de esta tendencia,
el Athleisure ha vuelto a nuestro armario en tiempo de confinamiento y para quedarse.
En las últimas semanas son varias las marcas sostenibles, como The Pangaia o Neutrale.Co que, aún existiendo desde hace meses o años, hasta ahora no habían sido tan recurrentes en nuestro armario como hasta ahora. Miles de personas de alrededor del mundo, comparten en redes sociales su día a día y sus looks habituales, donde el Athleisure se ha consagrado la tendencia número uno.

Por si faltaba, la versión anti-paparazzi (como lo ha bautizado una servidora) es la más recurrente para los famosos que quieren pasar desapercibidos. Enfundados en sudaderas y pantalones de chándal monocromáticos, desde el clásico gris jaspeado de punto hasta colores pastel o la versión más oversive.
La versión más cañera con sneakers de Nike, Adidas, Converse o las icónicas de Off -White, acompañada de unas grandes gafas y gabardina.
Y por si aún quedaba algo por tapar, el extra de llevar una gorra siempre ayuda a pasar desapercibido entre los flashes de los paparrazis. Emily Ratajkowski o Hailey Bieber son las reinas del Athleisure, donde la joven Baldwin tiene (siempre) el look sporty perfecto para ser el foco de atención. Aunque, no se puede considerar una versión menos lujosa, ya que, a los estilismos de chándal no le faltan americanas, aros de oro o diamantes.

El Athleisure abre una puerta a las grandes casas de moda, que hasta ahora se mantenían al margen de crear colecciones donde deporte y lujo fueran de la mano. El Sport Style dio la oportunidad a crear combinaciones donde el deporte pudiese convivir con el máximo lujo, y que además aportaran comodidad para ir al trabajo (o hacer home office), sacar a pasear al perro o estar en casa, sin perder el status quo que propicia el mundo de la moda.