Todos hemos experienciado alguna vez un sentimiento positivo que surge de nuestro interior al contemplar algo que nos parece bello en algún sentido: una exposición de arte, la naturaleza, una película… Las posibilidades son infinitas, puesto que cada uno de nosotros tiene un concepto de belleza distinto. Este estímulo que provoca en nosotros la belleza, puede hacer que pasemos de ser simples espectadores a ser creadores de la misma.
 
En la moda ocurre exactamente lo mismo, la inspiración en cada diseñador es fundamental a la hora de crear sus colecciones. Es la base de todo; va a determinar las texturas, los colores, los cortes y, por supuesto, las sensaciones que transmitirá una vez terminada la colección y esta sea vista en conjunto. Aquí tenemos algunos ejemplos aislados:

 

 

 

Igual que los diseñadores necesitan inspirarse para crear e influir, nosotros deberíamos cumplir otro papel muy importante: el papel de crearnos. Estamos bombardeados por todas las tendencias: street style, chokers, color militar, botas mosqueteras, bombers… Pero no podemos acatarlas sin más. Tenemos que tomar un punto de vista crítico y ver lo que realmente nos gusta y lo que no. Esto es, emprender la búsqueda de la individualidad, ser nuestro vehículo de expresión personal, mostrar el valor de lo único y lo original…dejarnos inspirar.
 
 
 

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